I
Tu alma virginal,
como a tavés de un tul,
sonríe en el cristal
de tu pupila azul;
y robas la ilusión
si bañan su matiz
tus ojos con la luz del corazón.
La nieve palpitante de ese pecho de marfil,
las rosas que tus labios le robaron al abril,
en eco arrobador
responden a mi afán
que un cielo es la esperanza de un amor.
II
La vida es una flo
purísima al nacer...
su aroma es el amor,
su cáliz el placer.
Es rosa que al tocar
la mano juvenil,
enseñan sus espinas a llorar;
mas diera de ese cielo que matiza el arrebol
el rayo de esperanza que alumbra como el sol
y el sueño del Edén
que el alma ve lucir
por una de tus lágrimas,mi bien.
III
Hermoso es contemplar
el sol en el confín
vertiendo sobre el mar
sus olas de carmín;
y es bello al descender
bañado en tibia luz
un rayo del crepúsculo al nacer.
Encanto de los ojos es del alba el tornasol
que esmalta de oro y grana los espacios como el sol...
¡Ah!,nunca al despertar
la aurora tiene luz
más bella que el azul de tu mirar.
IV
La estrella que al lucir
fascina la ilusión,
no vierte ese latir
que agita el corazón.
Tu escuchas al posar
tu planta junto a mí
la voz de mi esperanza suspirar.
Las flores que semejan de los cielos el tapiz
no tienen de tus labios el aroma ni el matiz...
Si mi esperanza en flor
pudiera retratar
tendría de tus ojos el color.
V
Paloma del Edén
tus blancas alas son
el suspirado bien
que sueña el corazón.
Frescura y sombra aquí
de flores te daré
y un mundo de ternura para tí.
las penas que suspira por la noche el ruiseñor
y el rayo de la luna sobre el aura temblador,
no vierten un igual
encanto para mí
que el beso de tus labios de coral.
VI
Estrellas son tus ojos que iluminan
cuanto ven
y en ellos puso el cielo la sonrisa
del Edén.
Si un ángel te hizo Dios,
busquemos sombra aquí
y el nido del amor para los dos.
miércoles, 26 de enero de 2011
viernes, 14 de enero de 2011
Romance-Anónimo(1553)
De ese fuerte de Pucara,
Francisco Hernández salía
un lunes,a media noche,
de octubre octavo aquel dia.
Casi mil trae consigo,
que pocos menos tenía,
muy en orden su escuadrón,
caballos e infantería,
cuatrocientos arcabuces,
muy diestros los que lo tiran.
Tocando sus atambores
y sus banderas tendidas,
van a dar al campo real,
que cerca dél atendían;
porque entonces fué avisado
que munición no tenía,
piensa dalle encamisada
con la escuridad que hacía.
Los del Rey,como supieron
que allí el tirano venía,
los toldos dejaron solos
y en escuadrón se ponían.
Cuando tocaron alarma
cada cual mucho se anima;
el Capitán Diego López
que la munición tenía
en aquel punto llegara,
que a todos diera vida.
Francisco Hernández Girón
en dos partes repartía
la principal de su gente,
que era el arcabucería;
los más diesen en los toldos,
los restantes por do él iba.
Por el lado de él marchaba,
sin pensar que así sería,
vió el ejército real
que a la batalla atendía;
y luego como se vieron,
dispara el artillería.
Como la noche era escura,
ponía temor y grima,
no era más que fuego y trueno
todo cuanto parecía;
muchos muertos y heridos
de ambas partes caían.
Como el capitán Girón
no vió lo que pretendía,
la mayor fuerza del campo
descargó en la toldería,
diciendo:"Alto caballeros",
muy en orden se retira.
Vuelve los suyos al fuerte
donde primero salía,
con menos hasta doscientos
que quedando se le habían.
Miedo ni temor mostrando,
más que antes de la salida,
alegre y regocijado,
se está con doña Mencía,
hasta quel día siguiente
Tomás Vásquez se le iba
a vista de todo el campo,
y algunos más Capitanes
trataban con Piedrahita
cómo poderle matar
para asegurar sus vidas.
Viéndose él de ellos vendido
consigo gime y sospira;
de su lecho se levanta,
su ropa pide y vestía;
trata de salir del fuerte
con aquellos de quien fía.
Con lágrimas de sus ojos
a su mujer le decía
:-¿Que os parece mi señora,
de esta desventura mía?
Mis contrarios no eran parte
de ponerme en tal fatiga,
véome desbaratado
de quien antes me valía;
mis amigos fueron solos
los que me ponen en huida,
esme forzado dejaros
aunque el alma lo sentía.
Haced cuenta que de verme
será postrero este día.
Ahí tenéis a vuestros padres,
estad en su compañía;
en ver que quedáis con ellos
mi mal un tanto se alivia ...
Doña Mencía lloraba
mientras él esto decía,
con delicados sollozos
responde a lágrima viva:
-¿Adónde váis mi señor?
¿Do vais esperanza mía?
No me dejéis triste y sola
con aquesta pena esquiva,
llevadme,señor,con vos,
donde os tengo compañía;
haced cuenta so un soldado
que con vos junto camina,
que si se he de quedar sin vos,
¿para que quiero la vida?
Francisco Hernández responde:
-Drescanso del alma mía,
¿cómo queréis ir conmigo
huyendo y sin alegría,
pues sabéis que mi camino
a huir solo se inclina,
y si a vos,mi bien,llevase,
la cosa toda es perdida?
¡Oh traidor,falso,alevoso,
lleno de mal y falsía!
No te bastaba haber sido
traidor a quien no debías,
sino que a tu alma lo seas
quitándotela este día.
Dejas viuda y sin marido
una tan muchacha y niña,
y aún si del todo lo fuese
medio consuelo sería;
pero el derecho se pierde
do la fuerza resistía.Después de haber hecho aquesto,
a Ruy Barba se volvía:
-Hacé mi ruego,señor,
aunque a mí no se debía,
encomiendoos,señor Barba,
a mi bien,doña Mencía,
que la llevéis a sus padres,
pues fortuna así lo guía.
Rey Barba le prometió
lo que a ella más cumplía,
y de no apartarse della
hasta dalle compañía.
Con mil llantos se despiden,
mil lástimas se decían.
Girón sube en su caballo,
los demás allí atendían;
toma camino no usado
a causa que no le sigan.
Francisco Hernández salía
un lunes,a media noche,
de octubre octavo aquel dia.
Casi mil trae consigo,
que pocos menos tenía,
muy en orden su escuadrón,
caballos e infantería,
cuatrocientos arcabuces,
muy diestros los que lo tiran.
Tocando sus atambores
y sus banderas tendidas,
van a dar al campo real,
que cerca dél atendían;
porque entonces fué avisado
que munición no tenía,
piensa dalle encamisada
con la escuridad que hacía.
Los del Rey,como supieron
que allí el tirano venía,
los toldos dejaron solos
y en escuadrón se ponían.
Cuando tocaron alarma
cada cual mucho se anima;
el Capitán Diego López
que la munición tenía
en aquel punto llegara,
que a todos diera vida.
Francisco Hernández Girón
en dos partes repartía
la principal de su gente,
que era el arcabucería;
los más diesen en los toldos,
los restantes por do él iba.
Por el lado de él marchaba,
sin pensar que así sería,
vió el ejército real
que a la batalla atendía;
y luego como se vieron,
dispara el artillería.
Como la noche era escura,
ponía temor y grima,
no era más que fuego y trueno
todo cuanto parecía;
muchos muertos y heridos
de ambas partes caían.
Como el capitán Girón
no vió lo que pretendía,
la mayor fuerza del campo
descargó en la toldería,
diciendo:"Alto caballeros",
muy en orden se retira.
Vuelve los suyos al fuerte
donde primero salía,
con menos hasta doscientos
que quedando se le habían.
Miedo ni temor mostrando,
más que antes de la salida,
alegre y regocijado,
se está con doña Mencía,
hasta quel día siguiente
Tomás Vásquez se le iba
a vista de todo el campo,
y algunos más Capitanes
trataban con Piedrahita
cómo poderle matar
para asegurar sus vidas.
Viéndose él de ellos vendido
consigo gime y sospira;
de su lecho se levanta,
su ropa pide y vestía;
trata de salir del fuerte
con aquellos de quien fía.
Con lágrimas de sus ojos
a su mujer le decía
:-¿Que os parece mi señora,
de esta desventura mía?
Mis contrarios no eran parte
de ponerme en tal fatiga,
véome desbaratado
de quien antes me valía;
mis amigos fueron solos
los que me ponen en huida,
esme forzado dejaros
aunque el alma lo sentía.
Haced cuenta que de verme
será postrero este día.
Ahí tenéis a vuestros padres,
estad en su compañía;
en ver que quedáis con ellos
mi mal un tanto se alivia ...
Doña Mencía lloraba
mientras él esto decía,
con delicados sollozos
responde a lágrima viva:
-¿Adónde váis mi señor?
¿Do vais esperanza mía?
No me dejéis triste y sola
con aquesta pena esquiva,
llevadme,señor,con vos,
donde os tengo compañía;
haced cuenta so un soldado
que con vos junto camina,
que si se he de quedar sin vos,
¿para que quiero la vida?
Francisco Hernández responde:
-Drescanso del alma mía,
¿cómo queréis ir conmigo
huyendo y sin alegría,
pues sabéis que mi camino
a huir solo se inclina,
y si a vos,mi bien,llevase,
la cosa toda es perdida?
¡Oh traidor,falso,alevoso,
lleno de mal y falsía!
No te bastaba haber sido
traidor a quien no debías,
sino que a tu alma lo seas
quitándotela este día.
Dejas viuda y sin marido
una tan muchacha y niña,
y aún si del todo lo fuese
medio consuelo sería;
pero el derecho se pierde
do la fuerza resistía.Después de haber hecho aquesto,
a Ruy Barba se volvía:
-Hacé mi ruego,señor,
aunque a mí no se debía,
encomiendoos,señor Barba,
a mi bien,doña Mencía,
que la llevéis a sus padres,
pues fortuna así lo guía.
Rey Barba le prometió
lo que a ella más cumplía,
y de no apartarse della
hasta dalle compañía.
Con mil llantos se despiden,
mil lástimas se decían.
Girón sube en su caballo,
los demás allí atendían;
toma camino no usado
a causa que no le sigan.
jueves, 13 de enero de 2011
Cordillera Blanca.Félix Puescas Montero(1925-1989)
¡Cordillera Blanca!
Abismo y cumbre.Cumbre y abismo.
¿Quién antes que yo manchó con su tristeza
la eternidad impóluta de tus cumbres?
A tus pies,heridas de deslumbramiento
ruedan las palabras
y sólo sobrevive un ojo mental ultraterreno
tendiendo puentes deslumbrados y deslumbrantes
entre el hombre y la eternidad.
¡Cordillera Blanca!
Abismo y cumbre,Cumbre y abismo.
El vacío se columpia en mis entrañas
y el miedo ladra en mi sangre
recordándome que todavía soy la bestia irredenta
acorralada en el cubil de la carne y de los sentidos.
¡Cordillera Blanca!
Abismo y cumbre.Cumbre y abismo.
Y el frío,insobornable mastín de hielo
siempre guardando la excelsitud de las alturas
pero...
mientras el Misterio pasee sus gélidos pasos
por las cumbres,
yo continuaré insomne
apoyando mi desvelado rostro
contra el cristal del aire enrarecido.
¡CordilleraBlanca!
¡Devuélveme mi voz,
mi nombre,
mi amado e inconsolable animal!
SILENCIO...
Abismo y cumbre.Cumbre y abismo
¡Música!...
Ayúdame a devolver al pensamiento
su antiguo cauce de cumbres y de estrellas,
para que el hombre al fin
enlazando caminos y distancias astrales
pueda ganar la eternidad del círculo
en la carne.
¡Cordillera Blanca!
¡Huascarán,Jirischanca,Yerupajá!
Por aquí
en un lamento de quenas
se pierden las huellas de mi ancestro.
Abismo y cumbre.Cumbre y abismo.
¿Quién antes que yo manchó con su tristeza
la eternidad impóluta de tus cumbres?
A tus pies,heridas de deslumbramiento
ruedan las palabras
y sólo sobrevive un ojo mental ultraterreno
tendiendo puentes deslumbrados y deslumbrantes
entre el hombre y la eternidad.
¡Cordillera Blanca!
Abismo y cumbre,Cumbre y abismo.
El vacío se columpia en mis entrañas
y el miedo ladra en mi sangre
recordándome que todavía soy la bestia irredenta
acorralada en el cubil de la carne y de los sentidos.
¡Cordillera Blanca!
Abismo y cumbre.Cumbre y abismo.
Y el frío,insobornable mastín de hielo
siempre guardando la excelsitud de las alturas
pero...
mientras el Misterio pasee sus gélidos pasos
por las cumbres,
yo continuaré insomne
apoyando mi desvelado rostro
contra el cristal del aire enrarecido.
¡CordilleraBlanca!
¡Devuélveme mi voz,
mi nombre,
mi amado e inconsolable animal!
SILENCIO...
Abismo y cumbre.Cumbre y abismo
¡Música!...
Ayúdame a devolver al pensamiento
su antiguo cauce de cumbres y de estrellas,
para que el hombre al fin
enlazando caminos y distancias astrales
pueda ganar la eternidad del círculo
en la carne.
¡Cordillera Blanca!
¡Huascarán,Jirischanca,Yerupajá!
Por aquí
en un lamento de quenas
se pierden las huellas de mi ancestro.
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